Hola David,

Hoy has anunciado la noticia que jamás queríamos que llegase. Has decidido colgar las botas.

Nunca un jugador me ha marcado tanto como tu. Desde que llegaste al Valencia en un lejano 2005, te convertiste en mi jugador favorito. Son muchos años ya y sigues siendo el mejor futbolista que he visto con el murciélago en la camiseta.

Tus goles con la blanquinegra siempre quedarán en la retina. Como esa falta al Inter en Champions, como ese gol al Deportivo en Riazor, como ese hat-trick de récord en San Mamés, como los de aquél 4-4 en el campo del Werder Bremen o todos aquellos donde aprovechabas un error de Valdés.

Hubo una vez que dijiste que la afición del Valencia te había hecho sentir el mejor jugador del mundo. Para nosotros, a tu manera, lo fuiste. Somos muchos los que hemos soñado que podrías tener una segunda etapa en Mestalla. Tus cinco años como che se nos quedaban cortísimos.

Los recuerdos son ilimitados. Recuerdo lo duro que era ver como cada verano tu nombre estaba en las quinielas para irte al Barça, al Madrid o incluso a la Premier. Hubo portadas que se me quedaron muy marcadas. Te ponían camisetas de equipos con los que no habías firmado.

Decidiste irte al Barça y algunos seguimos disfrutando de tu fútbol. Al principio se hacía difícil. Demasiado difícil. Había crecido viéndote con el 7 del Valencia y con el 7 de España.

Me acuerdo del Mundial que nos hiciste ganar, con tu infinidad de goles, a todos los españoles. Lo admito. Quizás uno de las dianas que más he celebrado nunca es la de cuartos ante Paraguay. Por lo que suponía y sobre todo, porque tu eras el autor. Cuando marcabas, los goles valían el doble.

También tengo otras imágenes tuyas con la Roja. Como aquella despedida prematura contra Australia, donde después de marcar un gol de tacón, el seleccionador decide mandarte al banquillo. Por suerte, con el paso de los años, pudiste despedirte de la Selección Española en el Santiago Bernabéu. Una inoportuna lesión convirtió en agridulce aquella convocatoria de hace dos años. Por encima de todo quedarán esos 59 tantos, los que te convierten en el máximo goleador histórico de la Selección. Un récord que será casi imposible que veamos superado.

Una de las decisiones clave de tu carrera fue irte a Nueva York. Tenías nivel de sobra para seguir rompiendo redes en Europa. Pero, los que hemos seguido todos tus pasos, comprendimos lo que significaba ser el primer jugador en la historia de un club y tener la oportunidad de expandir el fútbol en Estados Unidos.

Ahora que has optado por dar un paso al lado, el Valencia debería otorgarte un reconocimiento a la altura. Eres el quinto máximo goleador histórico del club y eso merece un homenaje. No se me ocurre mejor tributo que colocar tu lona en Mestalla.

Gracias por todo, Guaje. Tus 19 años como profesional han pasado volando. Siempre serás el mejor delantero de la historia de España. Tu recuerdo será imborrable.

Publicado en SUPERDEPORTE el 13 de noviembre de 2019