Lo reconozco. Nunca un canterano me ha ilusionado tanto como Kangin Lee. El hecho de haber seguido su trayectoria desde hace tanto tiempo y la sensación de estar ante un jugador especial pesa demasiado.

El Valencia, a través de Marcelino, debe marcar una hoja de ruta con respecto al coreano. Ni se debe exigir que sea titular todos los partidos ni se le puede desperdiciar en la grada. Lo que necesita es jugar. Es un activo muy importante para el presente y el futuro a corto plazo del club y hay que actuar en consecuencia.

A sus 18 años recién cumplidos ya puede presumir de haber tenido minutos en Liga, Copa y Europa League pero, en este sentido, una de mis críticas es la posición en la que le colocan. En la banda no se aprovechan al máximo sus cualidades. Donde mejor rinde es por el centro y tiene un perfil que escasea, y mucho, en la plantilla.

El día de la remontada al Getafe demostró que no se arruga y que no le quema el balón. Desde entonces, ficha de primer equipo y ostracismo. En los siete partidos siguentes, sólo ha jugado 15 minutos contra el Celtic y no da la sensación que sea una alternativa real para el cuerpo técnico. Eso es lo que no se sostiene por ningún lado. Se ha ganado más minutos y ya, por contrato, no puede bajar al filial.

Entiendo el argumento de no querer correr demasiado y no dar excesiva responsabilidad a un chaval pero tampoco hay que obsesionarse con el carnet de identidad. Mbappé tiene 20 años y ya hace mucho tiempo que se despojó de la etiqueta de promesa y Vinicius, sólo un año mayor que Kangin, está teniendo continuidad en todo un Real Madrid.

Tanto Kangin Lee como Ferran Torres, del que muchas veces nos olvidamos, son dos proyectos de grandísimos jugadores y el Valencia los tiene. Hay que saber aprovecharlos y sobre todo, gestionarlos.

Me niego a plantearme que el Valencia y su afición pierdan la oportunidad de disfrutar de un jugador, a día de hoy, sin techo.

Marcelino, más minutos para Kangin Lee.

Publicado en SUPERDEPORTE el 25 de febrero de 2019